Ventanas imposibles
¿Las palomas hicieron lo suyo y su vista quedó horrible? Limpiar ventanas por fuera es un verdadero cacho, sobre todo para quienes viven en departamentos en donde equilibrarse para pasar una escoba con un trapo no es una opción.
Esa es la solución que ofrecen los robots limpia vidrios, que van limpiando por su cuenta y sin riesgos. ¿Cómo hacen estos aparatos para no caer al vacío? En general, tienen dobles -y hasta triples sistema de seguridad. El robot Windroid de la marca Cecotec tiene cuatro.
Por un lado, una potente bomba de succión de aire que se adhiere al cristal. ‘No se puede sacar a menos de que se apague o se desconecte. Para mayor seguridad, incorpora una ventosa de protección extra; además tiene un sistema de alimentación ininterrumpida que evita que se caiga cuando hay un corte de corriente’, detalla Natalia González, socia de Goodtech.cl.
‘Y en caso de que igual llegara a caerse, tiene un cable de cinco metros que lo asegura’. El robot calcula la ruta más conveniente en los ventanales y detecta sus límites; tiene cinco modos de limpieza y usa paños de microfibra. Y no hay que estarlo mirando: cuando termina su proceso de limpieza, avisa.
¿Valdrá la pena comprarlo entre varios: familiares, vecinos, amigos? ‘Es una gran posibilidad comprarlo en grupo e irlo turnando’, opina González. ¿Precio? $329.990 en Goodtech.cl (https://bit.ly/34pircz).
Otro robot limpia vidrios es el Osoji Mado Spray Plus, que tiene dos motores: mientras uno trabaja en la succión, el otro limpia con movimientos de rotación y se alternan.
‘Se adhiere por el efecto de succión de aire y logra la fricción natural que ejercen las personas cuando limpian en círculo’, explica Octavio Urzúa, CEO de Osoji.
Suministra automáticamente líquido limpiador, viene con control remoto y se puede manejar a través de una app. ‘Se demora 2,5 minutos por metro cuadrado’, promete Urzúa. Precio: $269.990 en Osoji.cl (https://bit.ly/3J8jVXw).
Seguridad
La mayoría de los robots limpia vidrios traen un cable que les entrega corriente, una batería de respaldo en caso de corte y una ventosa.
José Rubio, jefe de la carrera de Técnico en Automatización y Control Industrial del IP Santo Tomás sede Antofagasta, cuenta que estos aparatos han evolucionado mucho en los últimos años.
‘Son bien seguros: tienen sistemas de adherencia que succionan el aire y utilizan elementos de anclaje; por lo tanto, si el sistema falla, no se caen’, asegura. Modelos más industriales, de hecho, hoy son de gran ayuda en trabajos peligrosos, como la limpieza de ventanales en rascacielos y de paneles fotovoltaicos.
‘Antes eran manipulados por el ser humano, pero a partir del 2015, más o menos, se ha generado una gran revolución de la automatización, control y robótica en todos los procesos manufactureros y de servicios, concluyendo en una reconversión laboral’, relata.
Luis Amigo, director de Programas Académicos de Postgrado Área Industrias de la Facultad de Ingeniería UNAB, añade que estos modelos hoy suelen tener dos motores: ‘Uno es encargado de la succión y a través de esta succión constante, el robot queda pegado al vidrio. Los que están conectados a la red eléctrica tienen mayor seguridad de batería porque si esta se acaba, el robot no se cae’, comenta.
Una marca española
Tras probar sus productos, los hermanos Natalia y Benjamín González decidieron importar a Chile artículos de la marca valenciana Cecotec, como el robot Windroid.
‘Les va muy bien en Europa y es una marca muy reconocida por su gran tecnología e innovación. Mi hermano se fue a estudiar a España con su señora y sus hijos, la compraron y decidió hablar con la marca para traerla’, cuenta Natalia. Así crearon su ecommerce GoodTech y se convirtieron en distribuidores. La marca lleva desde 1995 ofreciendo diversos electrodomésticos, desde aspiradoras robots hasta ollas programables ‘de calidad y a buenos precios’, asegura.
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