Este 11 de octubre se conmemora El Día Internacional de la Niña, fecha promulgada por la ONU en 2011 con el objetivo de crear conciencia en la población sobre los problemas que las afectan sólo por su género y para reconocer sus derechos.

Si bien se han conseguido logros importantes, aún queda un buen camino por recorrer, y uno de ellos es en el ámbito profesional. Las mujeres siguen ligadas a áreas como Salud, Educación y Humanistas, dejando de lado carreras de Tecnologías (Ingeniería, Computación, Mecánica, Electrónica, Construcción, entre otras), lo que tiene impacto directo  en la vida laboral y salarial.

Una carta pendiente es el desarrollo de mujeres en carreras tradicionalmente ligadas a los hombres, de mujeres en directorios de empresas, de mujeres emprendedoras o en el mundo de las finanzas y para ello es imprescindible estimularlas desde pequeñas a atreverse y que no se generen diferencias por sexo.
Para las niñas es importante tener referentes para encontrar su vocación, conocer sus deseos, pero usualmente se visualizan más hombres que mujeres exitosas. Las niñas necesitan sentirse respaldadas por sus familias, por la sociedad y por el resto de mujeres que ya lograron destacar.

Algunas referentes 
Entre las niñas que soñaron con carreras ligadas al mundo de la tecnología está Natalia Espinoza, quien estudió Ingeniería Civil Industrial en la Universidad de Chile, se especializó en Tecnología de la Información, lideró proyectos TIC del Mineduc y hace 10 años creó Papinotas, una innovadora empresa que apoya a los colegios con tecnología, lo que le valió varios premios, consolidándose como líder femenino en la industria tecnológica.

“Cuando pequeña mi familia nos incentivó, sobre todo desde el juego, a desafiar nuestros conocimientos. Éramos dos mujeres y un hombre y nunca hubo un sesgo  intelectual, lo que permitió desarrollarme en un área tradicionalmente masculina”, cuenta.

“Si contáramos con mayor visibilidad de liderazgos femeninos en el área, la sociedad dejaría atrás la creencia de que ciertos quehaceres deben ser masculinos. Por eso es importante impulsar el talento femenino e incentivar el liderazgo en este sector para fomentar las vocaciones tecnológicas entre las niñas desde pequeñas, que tengan referentes femeninos que ocupen puestos de responsabilidad y participen en la toma de decisiones, que vean que sí se puede y es una opción”, relata.

Paula Valverde, ingeniera comercial de la Universidad Diego Portales y seleccionada Emprendedora Endeavor en diciembre del 2011, tomó las riendas de la empresa familiar a los 22 años. Hace quince años, junto con su hermana Valentina, se hicieron cargo de Grupo Limonada y a través de la ropa y potentes mensajes buscan eliminar estereotipos, promover una niñez auténtica y, por cierto, escuchar a las niñas.

“Cuando era niña mis padres nunca me pusieron límites y además, el espíritu empoderado y emprendedor de mi madre fue un impulsor para plantearme siempre nuevos desafíos”, señala.

“Este empoderamiento debe comenzar desde la niñez.  Es en esta etapa donde, a través de mensajes de seguridad, valentía y libertad, las niñas obtendrán las herramientas necesarias para enfrentar todo tipo de desafíos en un futuro. Así mismo, es clave que ellas puedan conocer referentes, mujeres empoderadas y valientes, descubrir cómo llegaron donde están y qué obstáculos tuvieron que enfrentar para lograr sus sueños. Conociendo las historias de mujeres pioneras que se negaron a seguir estereotipos sociales y traspasaron fronteras, descubrirán que ellas también son capaces de lograr todo lo que se propongan”, concluye Valverde.

Fernanda Vicente, integrante del G100 y  presidenta y co-fundadora de Mujeres del Pacífico donde moviliza a mujeres a generar nuevas ideas, considera que contar con referentes femeninos es imprescindible y esto fue algo que marcó su camino. “Si bien no era una alumna brillante, el ver desde pequeña en mi propia familia a mujeres liderando espacios habitualmente usados por los hombres, me motivó a encontrar y seguir mi camino”.

Por eso cree que ver a mujeres liderando distintos espacios “marca el camino a seguir de que sí se puede ser exitosa y al mismo tiempo poder formar una familia, incursionar en espacios usados por hombres sin perder la feminidad y, además, da la posibilidad de que los sueños sí pueden concretarse, independiente del ámbito en el que uno quiere desarrollarse, no existen barreras”.

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